1)
“Todas las Religiones te llevan a Dios”
Este es un clásico, tiene mucha llegada con los fans de las religiones orientales, Incluso muchos dicen que Jesús simplemente es otra encarnación de alguna de las deidades hindú. Pero hay algunos serios problemas con esta idea. Jesús era un judío, ósea monoteísta, entonces la idea de múltiples dioses era totalmente contrario a sus creencias, pero aun dejando eso de lado no necesitamos especular en cuanto a la opinión de Jesús en este punto. La Biblia registra las palabras de Jesús en el evangelio de Juan: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6) Jesús no es simplemente un camino entre muchos para llegar a Dios, el deja claro que es el único camino y por lo tanto todas las otras opciones son falsas. Juan en el mismo evangelio describe esta realidad: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36) Así que lo siento Deepak el Jesús de la Biblia no encaja en tu paradigma.
2)
“Sígueme y se acabaran todos tus problemas”
Este es bastante común entre muchos círculos religiosos. A veces la idea es implícita pero otras veces es algo bastante explícito. Ven a Jesús y todos tus problemas van a desaparecer, tendrás dinero, salud, familia y todo lo que siempre has querido. Ahora en realidad muchas veces las personas a raíz de seguir a Cristo si experimentan un cambio radical en muchas áreas de su vida pero lo que ignora esta idea es el centro del mensaje de Jesus. El no vino principalmente para que puedas tener un auto nuevo, vino a solucionar un problema mucho más grande, el pecado que te separa de Dios. Murió en la cruz por aquellos que creen en el pagando el precio por sus pecados. Para los que confiamos en Cristo esto produce paz interior en esta vida y una eternidad junto a él en la vida por venir. Jesús les dijo a sus discípulos:
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)
Aunque muchas veces Dios si trae bendiciones externas a sus hijos, otras veces les permite vivir situaciones difíciles para que puedan aprender a confiar en él y tener paz sin importar las circunstancias. Por eso el Apóstol Pablo mientras estaba en prisión por causa de Cristo pudo decir:
Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí. Claro está que tenían interés, sólo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo. No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:10-13)
3)
“Tus palabras nunca deben ofender a otros”
El pecado imperdonable hoy en día parece ser decir algo que ofende a otro. La mayoría prefiere escuchar una mentirilla que alimenta el ego que una verdad ofensiva. Muchos se imaginan que Cristo compartía esta perspectiva. En realidad creo que el pensamiento de Jesús en este punto se asemejaba más al autor inglés Oscar Wilde quien alguna vez dijo que un auténtico caballero “nunca ofende sin intención”. En otras palabras Jesús no buscaba ser ofensivo porque si pero cuando tenía que dar testimonio de la verdad no tenía problema con ofender a su público. Incluso llamando a los líderes judíos una “Camada de víboras” (Mat 12:34; 23:33). En la tradición de los profetas del Antiguo Testamento Jesús tenía un mensaje que entregar que muchas veces no era muy popular. Pero prefería ser fiel a ese llamado que agradar a las personas con poder en esos tiempos, los que finalmente lo crucificaron. Cuando comenzó su ministerio ni siquiera su familia creía mucho en él. Les contesto a sus hermanos: Los que son del mundo no pueden odiarlos a ustedes; pero a mí me odian, porque yo hago ver claramente que lo que hacen es malo. (Juan 7:7)
Después Jesús le dijo a sus seguidores:
“Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas”. (Lucas 6:22-23)
Claro eso no es excusa para ser odiosos pero si somos atacados por ser fieles a la Palabra tenemos la paz de saber que muchos fieles han experimentado lo mismo por causa de Cristo.
4)
“Por favor déjame ser el señor de tu vida.”
A veces tenemos la imagen de un Jesús frágil y débil. Como esa foto que anda dando vuelta por Facebook de Cristo crucificado que dice “por favor dame un like…mira lo que hice por ti” o algo por el estilo. Esta visión bastante patética del Maestro no es lo que encontramos en la Biblia. Sí, es verdad que Jesús se entregó como cordero al matadero por nuestros pecados. Pero ‘después de tres días’ Pedro nos dice que “Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio.”(Hch 2:24) Y por esa razón “Dios lo ha hecho Señor y Mesías.” (Hch 2:36) Después de la resurrección Jesús le dijo a sus discípulos: …Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones… (Mat 28:18-19). Tú no puedes hacer a Jesús Señor de nada, Dios ya le entrego toda autoridad. Jesús es Señor te guste o no. Puedes vivir a la luz de esa realidad o vivir en rebelión a su señorío pero la Biblia afirma que finalmente todos lo tendrán que reconocer: Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:9-11)
Lamentablemente para muchos será demasiado tarde…
5)
“Obedecer los mandamientos de Dios es legalismo.”
Así lo describieran muchos en círculos religiosos, otros dirían que Jesús simplemente era un rebelde que no le importaba los paradigmas morales. El hecho de que es acusado de ser amigo de “pecadores” (Mat 11:19) es presentado como evidencia a favor de un Jesús que tenía una visión light del pecado. La realidad no podría ser más opuesta. Jesús si atacaba la hipocresía y los intentos de poner las tradiciones por sobre los mandamientos de Dios (Mar 7:9,13). En muchas formas Jesús tenía una visión más seria hacia el pecado que incluso la ley de Moisés ya que no solamente tomaba en cuenta la manifestación externa de la transgresión sino que también la actitud del corazón de la persona. Entonces por ejemplo para Jesús el adulterio no solamente era el acto sexual sino que incluía a aquellos hombres que miraban a las mujeres con lujuria (Mat 5:28). Jesús dejo la vara moral más alta no más baja. Ser seguidor de Jesús no significa que dejamos de seguir los mandamientos de Dios, es más, Jesús dijo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.” (Juan 14:15)
6)