Hace poco me encontré con esta perspectiva en un comentario de un conocido relacionado al tema de la moralidad sexual, específicamente el matrimonio homosexual. Básicamente dice “Yo como cristiano entiendo que la escritura es clara en condenar la inmoralidad sexual incluyendo la homosexualidad, pero creo que eso solo aplica a cristianos, no podemos imponer moralidad cristiana sobre el resto del mundo.” De esta forma alguien puede estar a favor por ejemplo del aborto o el matrimonio homosexual políticamente pero en contra de esas prácticas cuando está hablando de personas cristianas o seguidores de Jesús.
Esta perspectiva para muchos suena como un buen término medio, una forma de escapar del debate actual y quizás evitar las consecuencias que están experimentando muchos de los opositores políticos del nuevo régimen moral. Al mismo tiempo les da la satisfacción de sentir que no están negando sus convicciones Bíblicas ya que siguen afirmando la importancia de la moralidad sexual que Dios establece en su la palabra para los cristianos.
En un sentido responder a esta postura no es sencillo ya que nos obliga a explorar la validez de la ley moral de Dios para la iglesia y la sociedad actual. ¿Es verdad que esa ley solo aplica a cristianos? Mi respuesta a esa pregunta es… NO, pero tendremos que ver algunos puntos específicos.
La Biblia claramente enseña que somos llamados a ser un ejemplo al mundo[i]. No debemos ignorar esa realidad mientras llamamos al mundo a obedecer a Cristo. Tampoco debemos caer en un falso evangelio moralista e ignorar el mensaje del evangelio: Salvación por fe en Jesucristo.[ii]No por nuestra obra sino por su obra redentora en la cruz. Pero esas afirmaciones no son el fin de nuestra conversación.
En la sociedad actual como ciudadanos somos llamados a participar en el proceso democrático (por lómenos en teoría). La gran pregunta es ¿qué estándar vamos a promover? Si vamos a hablar de lo bueno para una sociedad ¿a qué autoridad vamos a apelar? Como cristianos que creen la Biblia debemos ir a la ley moral de Dios ya que es la única fuente confiable que tenemos para evaluar este tipo de preguntas. Es verdad que una función de la ley es mostrarnos cómo vivir una vida cristiana que agrada a Dios pero también es una herramienta para limitar la maldad en el mundo. Las cosas siempre podrían estar peores y cuando el hombre ignora la ley de Dios siempre empeoran. La ley de Dios condena el homicidio y el robo entre otras cosas. Si la sociedad decide ignorar esa ley nos acercamos un poco más al caos. Por esa razón vemos en la escritura que Dios les concede autoridad a los gobiernos de la tierra, para ser su herramienta de limitar la maldad promoviendo justicia en la sociedad. Por eso Pablo los llama ministros de Dios [iii]
Muchas veces en la Biblia Dios condena a su pueblo por quebrantar su ley moral y por lo tanto muchos intentan decir que ese estándar es solo para creyentes pero también vemos instancias donde los pueblos paganos son juzgados por la ley. Un ejemplo viene de Levíticos cuando las naciones paganas son expulsadas de la tierra prometida.
24 “No os contaminéis con ninguna de estas cosas, porque por todas estas cosas se han contaminado las naciones que voy a echar de delante de vosotros.25 “Porque esta tierra se ha corrompido, por tanto, he castigado su iniquidad sobre ella, y la tierra ha vomitado a sus moradores.26 “Pero en cuanto a vosotros, guardaréis mis estatutos y mis juicios y no haréis ninguna de estas abominaciones, ni el nativo ni el forastero que reside entre vosotros 27(porque los hombres de esta tierra que fueron antes de vosotros han hecho todas estas abominaciones, y la tierra se ha contaminado),28no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que estuvo antes de vosotros. 29 “Porque todo el que haga cualquiera de estas abominaciones, aquellas personas que las hagan, serán cortadas de entre su pueblo.30 “Por tanto, guardaréis mi ordenanza, no practicando ninguna de las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, para que no os contaminéis con ellas; yo soy el SEÑOR vuestro Dios.”
(Lev 18:24-30 LBA)
Una de las abominaciones mencionadas en el capítulo era relaciones homosexuales.[iv] Pero como Dios juzgo a las naciones de Canaán si no eran su pueblo escogido? Vemos que desobedecer la ley de moral tiene consecuencias no solo para el pueblo de Dios sino también para todas las naciones de la tierra ya que en la Biblia vemos el juicio de Dios caer sobre muchas naciones paganas. Si Dios hizo eso con esas naciones porque pensamos que las consecuencias serán diferentes si nuestra sociedad sigue en ese rumbo. Muchos se pueden burlar de la idea del juicio de Dios sobre una nación pero como cristianos entendemos que esa arrogancia nunca termina bien. Por eso Cristo nos llamó a ser sal en la sociedad.[v] La sal es un preservante, frena el proceso de descomposición en la comida. Asi somos llamados a ser la voz de conciencia en la sociedad y frenar ese proceso de contaminación. Incluso en sociedades paganas.
Durante la segunda guerra mundial en Alemania muchos “cristianos” se quedaron en silencio mientras Hitler asesinaba a millones de judíos. Eran pocos los valientes como Dietrich Bonhoeffer que se atrevían a condenar el pecado de su nación. Dietrich finalmente perdió su vida a manos de los nazis. El creía que las consecuencias del evangelio no solo afectaban a personas individuales sino que a toda la sociedad y dio su vida por esa convicción. La gran pregunta que todos debemos hacer es si tenemos esa misma valentía de enfrentar los pecados de nuestra sociedad, declarando la autoridad de Cristo sobre todas los pueblos y naciones. La biblia es clara, no podemos servir a dos maestros, no podemos declarar nuestra lealtad a dos reinos. Debemos elegir este día que reino vamos a promover, y evitar la esquizofrenia evangélica que tiene a gran parte de la iglesia dormida.
[i] 14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mat 5:14-16 NVI)
Es importante como seguidores de Jesús reconocer que debemos ser un ejemplo para el mundo. La Biblia es clara que hemos sido llamado por Dios a ser un pueblo santo.[i]No podemos exigir o promover un tipo de conducta en el mundo si no estamos tomando el pecado en serio en la iglesia. Pablo dijo que debemos juzgar primeramente a los que están dentro de la iglesia en asuntos morales. (1 Cor 5:12) Pedro dijo que como cristianos es una vergüenza cuando somos castigados por el mundo cuando cometemos crímenes como robar y mentir, por esta razón el juicio moral debe empezar con la iglesia, no el mundo.(1 Pe 4:17) Por ejemplo en temas de moralidad sexual la iglesia evangélica muchas veces ha sido permisivo en temas como el divorcio o el adulterio, esto es una vergüenza y nos resta credibilidad cuando intentamos ser una voz en la sociedad en temas de moralidad sexual.
La gran pregunta es si ¿esto significa que no tenemos derecho de presentar nuestra postura en temas morales en la sociedad? La realidad es que los principios morales de Dios no cambian simplemente porque muchas veces hemos fallado en modelar su estándar de santidad al mundo. La respuesta correcta no es simplemente decir que todos tenemos la manos sucias por lo tanto sigamos así. Debemos como iglesia clamar a Dios en arrepentimiento por las veces que hemos fallado pero también declarar a la sociedad los principios justos de Dios para la sociedad.
[ii] Como iglesia no creemos que la solución para el mundo es simplemente que todos empiecen a portarse bien. Entendemos que el problema principal del hombre es su pecado que lo separa de Dios y la necesidad de redención. El único camino a salvación es poner nuestra fe en la obra de Cristo en la cruz ya que ninguna obra nuestra por más “buena” que sea puede pagar el precio de nuestros pecados. Por esta razón nuestra solución para el mundo nunca será simplemente una reforma política sino la transformación de vidas individuales a través del poder del evangelio.[ii](Rom 1:17)
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