Elías se presentó ante el pueblo y dijo: ¿Hasta cuándo van a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el Señor, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él.
El pueblo no dijo una sola palabra.
(1 Reyes 18:21 NVI)
En ese proceso la mayoría de la gente importante de la nación había “evolucionado”. Dejado atrás esas ideas primitivas de Jehovah y declaraco su lealtad a la nueva deidad (por supuesto nadie quería recordar las naciones que fueron destruidas en la tierra de Canaán que también adoraban a Baal). El cambio religioso era tan potente y universal que los pocos aun fieles a Jehovah se sentían bastante solos. El Profeta Elías pensaba que era el único que quedaba fiel a Jehovah,[ii], quetodos ya se habían entregado a la nueva religión y que el pacto que Dios hizo con Israel se iba extinguir ahí mismo. Dios por otro lado estaba en control y sabía quién era realmente su pueblo.
En medio de ese tiempo de cambios Elías hizo un llamado radical al pueblo escogido de Dios. ‘Decidan a quien van a servir. ¿Quién es realmente Dios?’ No puede ser Baal y Jehovah, los dos no podían ser correctos. Uno de los dos caminos llevaba a la destrucción. Una de las dos propuestas era un mensaje de muerte. Uno era una falsa deidad propagada por falsos profetas. Las dos propuestas eran totalmente incompatibles. Por lo tanto el pueblo tenía que decidir.
Es fácil entender la reacción del pueblo al ser confrontados con esta decisión. Es bastante cómodo por un lado sentirse aceptado por el entorno. Y bueno los pocos que aun creían en Jehovah podrían pasar más o menos desapercibidos si tan solo se quedansen callados. Quizás hacer acto de presencia en algunos de los sacrificios a Baal. ¿No podian quedar de intolerantes verdad?
Pero ese día de sacrificio era diferente. No era un día para pasar desapercibido. Las circunstancias les obligaban a tomar una decisión radical.
Creo que esta historia tiene mucha relevancia para la iglesia evangélica en el presente. Sería tan agradable ignorar la revolución moral que está ocurriendo en la sociedad. El rechazo del legado moral cristiano del Occidente a favor de volver a tendencias que eran prevalentes en el mundo Greco-Romano antes del cristianismo (todo en el nombre de la evolución y el progreso). La propaganda que nos advierte de estar al lado equivocado de la historia y si no “evolucionamos” nos advierten que lo perderemos todo.
La tentación de modificar el evangelio para ser compatible con estos cambios hoy es más fuerte que nunca. Pero debemos reconocer que cada uno de nosotros tiene una decisión por delante. Jesús dijo que nadie puede servir a dos maestros.[iii]¿Vamos a creer lo que dice la cultura o lo que dice la palabra de Dios?
¿Hasta cuándo vamos a seguir indecisos?